CHAU CHAU TAMPONES

Creo que a esta altura ya estamos todas enteradas de la falta masiva de tampones en la Argentina, sobre todo si te vino la semana pasada. Mi amiga personal, la politóloga María Ivana Salemi, asevera que el el déficit de los productos higiénicos viene hacia varios meses, o al menos, así se queja por mensajería instantánea. Aparentemente la situación se normalizaría en 15 días y entre el Ministerio de Economía y los fabricantes se cruzan acusaciones  de “desinteligencia” por parte de las empresas y “retraso” por parte del Gobierno, lo cual es bastante irónico, porque si hubiera retraso no estaríamos en todo este quilombo.

En fin, lo que interesa acá es lo que podemos hacer en reemplazo de estas compresas, sobre todo, porque la mujer promedio utiliza 11.400 de ellos en su vida. 11.400 TAMPONES.  La palabra tampón viene del francés tampion que significa tapón, por si te quedaba alguna duda, y en Inglaterra y países del Commonwealth británico los productos sanitarios tienen un impuesto especial, mientras que una afeitadora, por ejemplo, no.

1. OLD SCHOOL

Usá papiro como las egipcias, lana como las romanas, papel como las japonesas (hay que cambiarlo 10 a 12 veces por día nada más), helechos como las hawaianas o musgo como las algunas asiáticas aún hoy en día. ¿Qué?, ¿te creés más civilizada? Desde el comienzo de los tiempos las mujeres han menstruado y desde ese momento se busca como frenarlo. El tampón es un invento moderno que data del siglo XVIII, cuando se empezó a utilizar algodón con componentes químicos para frenar el sangrado de heridas de bala.

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Una representación egipcia que no tiene absolutamente nada que ver con la menstruación.
El juicio de Osiris.

2. COPA MENSTRUAL 

Además de salvar vidas en Kenya, la copa menstrual Maggacup se vende acá en Belgrano y es una iniciativa de unas emprendedoras argentinas. La copa es un dispositivo de plástico hipoalergénico que te metés en la vagina  y en vez de absorber la sangre, lo recoje. Para insertarlo es necesario haberlo hervido tres minutos, para eso hay que doblarlo sobre su eje, volver a doblar y doblarlo una vez más. Podés dormir con ella a la noche, nadar, hacer ejercicio y sobre todas las cosas, es ecológica, reutilizable,  y no genera basura que después tenés que andar pensando donde ponerlo. Lo único negativo quizá sea el mambo sangre y desecharla. Prometo probarla para ver qué onda. También hay una versión británica que se vende acá en la Argentina. Cuestan entre 400 y 500 pesos argentinos.

3. ESPONJA VEGETAL

Con todo este tiempo en sus manos ahora que no tienen que ir farmacia por farmacia preguntando si volvieron los OB brasileros, ¡se pueden hacer sus propios tampones de esponja vegetal! Las mismas que usás para exfoliarte en la ducha, la lavás y escurrís bien, la cortás en cachos rectangulares del mismo grosor que altura, hacés octógonos de los cachos, redondeás las puntas, le pasás un hilo con una aguja por un extremo (el hilo debe ser más o menos del mismo largo que el tampón) y ¡voilá! buchavegetal-costappprEstás lista para el verano, autosuficiente y nunca más te tenés que preocupar por las trabas a las importaciones.

5 replies to “CHAU CHAU TAMPONES

  1. (en un momento me asuste porque la ultima imagen de las esponjas es la tipica que veo en mi ducha desde hace 15 años y pense que….nada)
    beso tefaa buen blog

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    1. Es que es la típica esponja que ves en tu ducha hace 15 años años … y también puede ser un tampón ❤ ¡gracias Peter!

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