Si les copan los derechos humanos tanto como las noticias del mundo del espectáculo, probablemente no se les haya pasado que Angelina Jolie haya hecho público que se sometió a una operación para remover sus ovarios y trompas de Falopio.
En la carta abierta linkeada (está en inglés, perdón), Jolie relata con bastante precisión los motivos que la llevaron a tomar la decisión, sobre todo el hecho de que su madre, su abuela y su tía habían muerto todas de cáncer de ovarios, que habló con todo tipo de médicos, etcétera. Está claro que tomó una decisión que puede tomar alguien que tiene ese nivel de cuidado médico y dinero, pero lo que se sale de libreto es lo posthumano de la determinación, la aceptación no histérica de la influencia de la técnica en nuestras vidas. Es exactamente el mismo motor detrás de las cirugías estéticas pero con la diferencia de que se hace en pos de la vida, lo cual soluciona o puentea los valores generalmente caracterizados como negativos como el ego o la vanidad que suelen presentarse con las liposucciones o tetas nuevas. Fue una decisión hecha con todo el cálculo del mundo, la ponderación de variables, de genomas rebeldes – podríamos trasladarlo a la búsqueda de la eficiencia de no morirse y ver crecer a sus hijos y nietos.
vía Youtube.
Esto abre otras incógnitas que son interesantes de analizar. Ya Jolie no tiene ni pechos, ni ovarios ni trompas de Falopio ya no hay manera de darte cuenta que es mujer. Lo cuál significa que Lanata ya podría salir a bardearla, acompañado por los mismos que le dijeron a Effy Mía que lo que caracteriza a una mujer es que sangre una vez al mes. ¿Podemos seguir encasillándonos en dos sexos cuándo la técnica nos está ofreciendo un mundo de opciones diferentes? Y ni siquiera es la técnica con sus operaciones de re-asignación genital, es el mundo de las tradiciones como las vírgenes albanesas, los femminiello en Italia, los doble-espiritú en pueblos originarios de Estados Unidos, Sisa Abu Daooh, la mujer que se vistió de hombre por 43 años para mantener a su hija, y una larga lista de etcéteras.
vaga fiebre 