NO APOYEN A LALI

Por Damasia Patiño Meyer

Horas antes de la final del mundial se difundió que Lali cantaría el himno. Dicen que a ella también le avisaron ese mismo día y que se fue volando a comprar un vestido en Qatar que luego le acortaron y ajustaron a su medida. Lali cantó el himno como si lo hubiera estado ensayando toda su vida, de hecho hay un video de ella cantándolo muchos años antes. Con una voz potente y emocionante lo hizo sin perder el ritmo a pesar de la emoción propia y de un estadio lleno de personas que lo cantaban sea acelerado o atrasado. Representó a su país en el momento más glorioso que nos tocó pasar desde que yo estoy viva y lo hizo con el profesionalismo que la caracteriza.

Sin embargo, al día siguiente, el video que se viralizó no fue de ella entonando las estrofas, sino el de un tipo apoyándola de atrás en un festejo en la platea. Confieso que solo lo vi una vez por el desagrado y a pesar de que mi feed de Twitter me lo ofreció decenas de veces. Parecía claro que ese rubio idiota había aprovechado la confusión para tomarla de la cintura y hacer eso que tantos hombres parecen disfrutar: robarle un momento de placer sin consentimiento a una chica. Además abajo del video había un comentario que parecía ser del susodicho jactándose de haberla apoyado.

No costaba mucho darse cuenta de que el comentario difícilmente era del protagonista del video y en seguida salió nota en Infobae diciendo que el rubio negaba haberla apoyado, que el comentario era de otro y transcribía un mensaje muy sentido que le había mandado a la estrella: “La estoy pasando muy mal”.

No está claro si el fulano lo hizo o no, tal vez sea ese mensaje simplemente una justificación más de un macho psicópata y manipulador o quizás nada haya sido lo que pareció y resulta que es un buen pibe que se está comiendo las puteadas de miles de personas justificadas por lo que parece verse claramente en un video (el deep fake nos enseñó que ya nadie puede justificarse hoy día en algo que se ve “claramente en un video”).

Pero eso no es lo que importa. Lo esencial ante esto no es opinar sobre algo que, como bien dice Lali, le pasa a las mujeres desde el comienzo de la humanidad, sino analizar un poco la reacción del público que en un supuesto intento de apoyar a su estrella terminó ridiculizándola y revictimizándola y sobre todo borrando con el codo lo realmente importante que pasó en la carrera de Lali Espósito, es decir cantar el himno hermosamente en frente de miles de personas el día en que Argentina se consagró campeón de la copa del mundo.