LA MILAGRO

//Por Ivana Salemi

No toda recaída va de arriba abajo

Porque arriba y abajo no quieren decir gran cosa

Cuando ya no se sabe dónde se está

(Me caigo y me levanto de Julio Cortázar)

 

Y aunque ya sé que la Universidad de Buenos Aires –y perdón que meta a la Universidad en esto- no me tituló para que escriba desde el corazón, yo me atrevo a usar las herramientas analíticas que esta me transmitió y además agregar algo de información para quien quiera oír. Entiendo que a veces es más fácil creer en lo que el cíclope de cristal o la Diosa Internet tengan para decir sobre las cosas, pero me atrevo a compartir estas líneas porque creo que es importante ser nosotros/as (hago extensible este /as al resto del texto) los que generemos contenido sobre los hechos de la realidad que nos circunda. Invito a todas (y todos) a hacer lo mismo.

La profunda tristeza que siento es el motor que me lleva a escribir estas líneas que pretenden compartir una reflexión que está entre la formalidad de los hechos y el dolor frente a la hipocresía de la escena política. Ayer metieron presa a Milagro Sala, dirigente social y gremial, al frente de la organización barrial Tupac Amarú. Esta mujer, aunque protagonista de hechos de justicia social desde hace más de diez años a esta parte, tomó popularidad en la dimensión mediática de la realidad por la cantidad de “planes sociales” que administraba su organización. Primer nudo que hay que desenredar para entender un poco más lo que está pasando. Sí, es cierto. La organización barrial Tupac Amarú administró recursos estatales y privados que utilizó para la construcción de escuelas, centros de terminalidad educativa, terciarios y centros de formación profesional. La educación, como espero que todavía coincidamos todos es una herramienta de libertad y desarrollo para la persona. También utilizó (la organización Tupac Amarú, no Milagro) estos recursos para la construcción de talleres, fábricas y cooperativas que generen puestos de trabajo. Ah, también construyeron un Parque Acuático y Club Atlético en el Barrio jujeño de “Alto Comedero”.

Bueno, educación, trabajo, recreación. Ah, claro. Vivienda. El barrio Alto Comedero fue uno de los primeros construidos íntegramente por esta organización social. En una tierra arcillosa, inundable y llena de víboras los cooperativistas fueron los responsables de que pudiera gestarse un lugar para vivir. Algo similar sucedió en Parapetí, barrio de trabajadores golondrina y viviendas precarias. Además, en localidades más grandes como Perico y San Pedro la organización ofrece servicios sociales como Salud comunitaria, asesoramiento legal gratuito, merenderos y centros de apoyo escolar. Recordemos que la Constitución Nacional, que no está muy de moda por estos días, habla del acceso a la vivienda digna como un derecho de los habitantes del suelo argentino.

Bueno, sí. La organización social Tupac Amaru hizo de Estado allí donde el Estado no llegaba. En particular el estado provincial de Jujuy pero tampoco el nacional. Y todo aquel que haya visitado Jujuy sabe que este no llegó a muchas partes de esa bella provincia.

Pero nobleza obliga, quisiera ofrecer algunos datos sobre el actual gobernador de la provincia de Jujuy, Gerardo Morales. Morales es un dirigente radical de la provincia de Jujuy que además de ser diputado nacional por esta provincia, fue senador y estuvo a cargo de la Secretaría de Desarrollo Social (actual Ministerio de Desarrollo Social de la Nación) entre julio de 2000 y agosto de 2001. Es autor de proyectos como el de Acceso a la Información Pública, la Creación del Sistema Nacional de Estadísticas y Censos y denuncias ante la Justicia a funcionarios nacionales del gobierno kirchnerista como Julio De Vido, Ricardo Jaime y Mariano Recalde. El oráculo Google no ofrece mucha más información sobre su historial político además del hecho que está casado y tiene tres hijos (como Dios manda). Así que ahí voy con la reflexión y el regreso a la actualidad.

Tengamos presente el dato de que Morales estuvo a cargo de la cartera social durante la crisis institucional, política, social y económica más reciente de nuestro país. Y que antes, fue parte del Congreso Nacional que aprobó las leyes del Corralito y el ajuste del superministro Cavallo por mencionar algunas de las más resonantes. Entonces, lo interesante de la historia y la política nacional. Por aquel entonces, la voz de las calles, que reunía a la mitad +1 de los argentinos gritaba ¡QUE SE VAYAN TODOS!

No quiero alarmarlos, pero… volvieron. Y no sólo volvieron, sino que están tomando revancha y de la manera más cínica e hipócrita posible. Para no abundar en ejemplos, vamos con el caso de Morales y Milagro Sala. El primero denunció ante la justicia a la segunda por el acampe frente a la Gobernación que la organización barrial llevaba adelante en defensa de los puestos de trabajo de los cooperativistas y que se garanticen las obras realizadas. Ahora ella está privada de su libertad y protagonizando una huelga de hambre. Él es el flamante gobernador de la Provincia de Jujuy, electo en las elecciones de octubre 2015. ¿Por qué Morales denunció a Milagro?

Sólo me queda preguntar además de a dónde fue la plata del mega ajuste del 2001, ¿nos están tomando el pelo? ¿Y las libertades individuales? ¿Y el derecho a la protesta? ¿Y la libertad de expresión? ¿Y todo ese universo de libertades y derechos sociales que la “nueva derecha” prometió de cara a las elecciones? Más preguntas que certezas, que más que una reflexión individual y pseudo politológica, busca convocar a la reflexión colectiva.

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