vamos a argumentar
Cada tanto sobrevuela en comentarios en redes sociales* la idea de que se hace un uso desmedido del cuerpo erotizado de una. Hoy sería desempoderante ponerse en bolas. A la memoria reciente se me viene el caso de Romina Malaespina, quemada en la hoguera virtual por una remerita estilo Juana de Arco:
Una podría argumentar que lo que tenía puesto Malaspina no era muy diferente de lo que te ofrece cualquier showroom de Palermo (y Canal 26 no estaría de acuerdo), pero recuerdo particularmente lots of discourse acerca de la autoexplotación de los atributos de mujeres jóvenes, bellas y esbeltas, mismo de las mujeres jóvenes, bellas y esbeltas que hacen lo propio (ejem, Sol Pérez, ejem) .
A mí en particular me espanta que la hija de mi prima que tiene siete años menee a lo Tini, pero creo que ese miedo es más situado. No por estar expuesta a su música y sus vídeos musicales se va a convertir en una tinista, acá no creemos en la aguja hipodérmica*. Lo que es cierto es que, a grandes rasgos, hoy es reinante una mirada crítica sobre la desnudez femenina, producto de años de ver tetas y conchas en primetime de la mano de Tinelli y sus coreos, que el sexo se use para la venta y que lo erótico ya no sea ni por asomo tabú.
«Mi hipótesis es que nos ponen a hacer lo que hacen las mujeres en cualquier ámbito, a ser sexy, a seducir, a mostrar que somos atractivas, que cogemos, que estamos buenas y encima siempre desde un estándar. Ni siquiera es que es la mina que es sexy a su manera, con su personalidad, es la mina que está en cuatro, que tiene las tetas hechas, que es flaca, etcétera. Entonces termina siendo una manera más de hacernos hacer a las mujeres lo único que sabemos hacer«, resume la bailarina Paz del Percio a la pregunta de cómo el baile y la mediatización del mismo logra sostener una cierta mirada sobre el cuerpo femenino. Y creo que da una puntada clave para sostener una reflexión.
ahora bien: quemar corpiños, mostrar las tetas, mostrar los pelos, celebrar la disidencia corporal, modificar con cirugías; hormonas; prótesis y un agotador etcétera el cuerpo de unx, usar el cuerpo de unx para hacer plata, mostrar las bolsas de colostomía, las cicatrices, los tatuajes sobre las cicatrices, el orto poceado, el orto perfecto
¿qué cuerpos femeninos son posibles de mostrar en esta dictadura de la imagen?
Este vídeo de Brooey Deschanel me sirvió un montón para pensar en las posibilidades emancipadoras de el uso del cuerpo de unx y otrxs en la creación de un producto cultural (no vi la película pero creo que adscribo a todo lo que dice):
Como ya escribió Guattari, las fuerzas de reproducción capitalista, los Tinelli y los Tini de este mundo, en tanto producto consumible «se ensañan en reprimir, excluir y neutralizar todas las prácticas deseantes que no tengan por efecto reproducir las formas de la dominación» y acá cabe una pregunta: ¿hay posibilidad artística que pueda escaparle?
creo que dejarle todo el lugar a las fuerzas de reproducción capitalistas le quita posibilidades emancipadoras (y artísticas) al cuerpo de cada un*
Obviamente que será situado y será más o menos mediatizado, más o menos digitado, más o menos coherente, pero creo que es un buen punto de partida. También habrá que apostar a la sobresaturación de las imagenes circulantes. En cuanto todas, todxs y todos mostremos el orto, la pija o el culo ya deja de ser una estrategia de venta eficaz. Considero también que de otro modo se habilita la discusión acerca de lxs cuerpos de otr*s de maneras cada vez más estrafalarias. Como terminar hablando de la decencia de alguien resumido en sus uñas.
** perdón, estudié ciencias de la comunicación
vaga fiebre 