Las adorables yihadistas que ya conocemos y amamos escribieron un compendio de todo lo que hay que hacer para entrar en el paraíso y recibir bendiciones que eclipsan todo lo terrenal.
Mientras que la CNN afirma sin reirse que mujeres se unen al Estado Islámico (EI) para jugar con gatitos y comer Nutella, la brigada Al-Khansaa subió a un manifiesto sobre la vida femenina en el EI en un foro yihadista. La brigada está íntegramente conformado por mujeres y aunque no se sepa exactamente qué es lo que hacen, se las podría definir como un grupo de activismo político. Ellas son las encargadas de revisar a las señoras y señoritas en los puntos de ingreso a las tierras controladas por EI, algo así como las mujeres que inspeccionan que no entres a una cancha con un encendedor. Se hicieron cargo de esa tarea después de pasara algún que otro soldado enemigo disfrazado de mujer.
El documento fue producido en diciembre del año pasado para un target bastante específico: mujeres del Golfo árabe, sobre todo Arabia Saudita. No es coincidencia que haya sido publicado el día que el Rey Abdullah murió. Probablemente por eso no ha sido traducido al inglés por el EI, aunque tienen numerosas extranjeras en sus filas capaces de hacerlo. El manifiesto presenta una visión muy crítica del Occidente y del programa de la Modernidad en sí, sin una gota de duda de que sí «los hombres fueran hombres, las mujeres serían mujeres», lo que sea que eso signifique.
El feminismo es el «programa de Occidente para las mujeres» porque en realidad, por derecho divino, no deberíamos tener que salir de la casa. Obvio que si vas a estudiar teología o sos médica o profesora de mujeres, se entiende que abandones el hogar – por poco tiempo, más vale, porque tenés que volver a cocinar o a cuidar de tus bebés – pero bajo ningún concepto podés asistir a una peluquería o salón de belleza dónde el diablo te seduce con la modernidad y la moda. «Las mujeres deben permanecer escondidas como un productor detrás de escena» quizá gane el premio a metáfora menos apropiada del 2015, casi después del «el hijab como camino a recuperar los derechos perdidos». También se utiliza a Dios para justificar el miedo a los hombres violentos e irracionales, el mensaje más sexista que el compendio nos deja. Aunque, si los hombres del EI se están robando viagra y comprando lencería erótica en Raqqa, la ciudad siria que auto-denominaron su «capital», creo que se comprende un poco más.
Pero todo esto es básicamente esperable de un grupo terrorista que usa el sexo como arma. Es por este motivo que tampoco me parece sorprendente la aceptación de casamientos pre-púberes por parte de las mujeres del EI, porque «los hombres no van a vivir más de 20 años en estas generaciones gloriosas».
«Las mujeres no ganarán nada en sus pretensiones de igualdad más que espinas», termina el documento.
vaga fiebre 