Un profesor de la carrera insiste que el culo es el ordenador de la cultura contemporáneo (lo cual lo pondría en la vereda opuesta de J.L. Feinmann, que insiste que vivimos en el reino del culo) pero lo que ninguno de los dos se preguntó es: ¿qué pasa si el culo que nos ordena o nos rige está poceado?
La pregunta surge a partir del ESCÁNDALO NACIONAL que implosionó la semana pasada: la cola de la vedette local Mariana Diarco estaría bastante menos que óptimo. Nos enteramos de este descaro por la cuenta de Twitter de un compañero de elenco de la obra Regatos salvajes, el ex participante de Gran Hermano Emiliano Boscatto, que subió una foto que le sacó sin permiso a Diarco queriendo escracharla por tener el culo hecho pija. Más allá de todos los chistes de Dipy habidos y por haber que podríamos hacer -Twitter ya se encargó de hacerlos todos- ¿es indeseable un culo con celulitis dado que básicamente entre el 85% y el 98% de las mujeres lo tienen? ¿La que queda es cogerse hombres? ¿Resiste un culo fofo?
Los estándares sociales a los que estamos sometidas las mujeres son crueles y ridículos. Y creo que no habría de haber distinción entre el trabajo de la señorita en cuestión, celulitis tenemos todas, las vedettes, las comunicólogas, las abogadas, contadoras, dermotólogas, meseras, enfermeras. TODAS. No reproduzcamos estándares ridículos y banquemos a Diarco en esta cruzada. Tengámonos amor, la puta madre.
Además tiene el video buscando porro más gracioso de la vida.
vaga fiebre 