Pero quizá sea un paso en la dirección correcta.
Ya a esta altura, no creo que haya persona que no conozca mínimamente lo que sucede en el primer libro de la trilogía de 50 sombras, pero por las dudas, va algo así: una estudiante universitaria virgen y un poco aburrida, Anastacia Steele, tiene que entrevistar a Christian Grey, joven billonario sexy, para cubrir a su amiga Kate. A pesar de básicamente fregarla toda el reportaje -tropezones, mordidas de labio y preguntas sobre si es gay o no- Grey queda absolutamente fascinado por ella y la empieza a stalkear. Ella se siente super halagada, se muerde un poco más el labio, y un par de cafés culminan en la confesión de Grey de su preferencia por el sadomasoquismo. Acto seguido, su ofrecimiento de un contrato de sumisión bastante detallado. Ana muerde mil veces su labio mientras su diosa interior hace cosas y lo termina rechazando a Grey al final del libro, después de unos cinturonazos a la cola.
Algo que puede explicar la pésima calidad del libro, lleno de clichés, monologos interiores y metáforas confusas, es su génesis como fanfiction. Fanfiction es un género no tan contemporáneo de literatura sobre personajes o escenarios de trabajos originales de ficción, creado por fanáticos de la película-serie-libro-obra de teatro-telenovela para otros fanáticos. Si nunca leyeron fanfic, les recomiendo que busquen algo de su serie favorita ya. Los resultados pueden ser muy diferentes: se pueden leer cosas muy buenas de gente que debería haber escrito ficción profesionalmente y también ofensas a la literatura, como este libro. En el caso de 50 sombras, su primera iteración fue fanfic de Crepúsculo con los personajes de Edward Cullen y Bella Swan y se llamaba Master of the Universe. E.L. James, la autora detrás de este fenómeno, tuvo que bajar de Internet esa primera versión por quejas sobre su naturaleza pornográfica y en algún momento entendió que mejor era publicarlo como una historia original. El primer libro, 50 sombras de Grey, se publicó en 2011 como un e-book y ahora ya lleva vendido 100 millones de copias en todo el mundo.
Stephen King dijo que ni siquiera era mommy porn (pornografía para mamis), Salman Rushdie dijo que hacía que Twilight pareciera «La guerra y la paz» y hasta James dijo: «No soy la mejor escritora». La comunidad BDSM tuvo problemas con la descripción de sus actividades, cientistas sociales expresaron que ni siquiera era BDSM si no una relación abusiva y violenta – hay un estudio que encuentra que cada interacción entre Ana y Grey era emocionalmente abusiva.
¿Cuál es, entonces? ¿Qué es lo que lo hace tan terriblemente popular?
Primero y principal, en respuesta a las reacciones intelectualoides y comunicacionales, quiero decir que la teoría de la aguja hipodérmica ya se desprobó hace mil. Leer los libros, disfrutarlos y fantasear con ellos no significa que vayas a encontrarte en una relación sado -que es lo que el libro narra. Ahora, si pensamos que cualquier instancia de dolor en una relación sí o sí es abuso, se acaba la discusión y no hay mucho más de que hablar. Si estamos de acuerdo con que existen relaciones de sumisión/dominación que pueden ser sanas, lo de Grey y Steele podría parecernos más tragable. El contrato que Grey le quiere hacer firmar a Steele es el mejor ejemplo de eso, al menos en el primer libro. Ana negocia con qué se siente cómoda -no al fisting vaginal y anal, por ejemplo- y puede decir que no. Hay pocos libros en los que se habla abiertamente de consentimiento y aunque 50 sombras no logra hacer que sea sexy, al menos lo intenta.
En segundo lugar, creo que lo que realmente hace popular al libro es la liberación financiera que muestra, más que la liberación que trae la sumisión sexual, y esa es una historia más vieja que la injusticia que ya hizo suya Danielle Steele y todas sus seguidoras. Ana es una pobretona sin planes para después la facultad (la única parte en la que me sentí identificada) y Grey ¡le regala Macbooks, Audis, viajes en helicoptero! Y obvio que Ana no tiene personalidad además de todas sus carencias, su falta de personalidad y carácter, justamente, es lo que la convierte en un espejo en el cual todas podemos reflejarnos. La fantasía erótica de la autora -que confesó que el libro es básicamente su crisis de mediana edad- es que venga un hombre increíblemente rico a llenarla de regalos, stalkearla porque no puede vivir sin ella y coger medio perversamente. Y por más vacuo y poco feminista que sea, es la fantasía caliente de un montón de mujeres.
¿Por qué un paso en la dirección correcta, entonces, si básicamente odié el libro?
Porque está en los cine ahora, porque los hombres la odian, porque una mujer fue echada por masturbarse en un complejo de Sinaloa, México, porque el deseo femenino está en primera plana y porque espero que sea la primera de muchas películas que inspiren tanto debate que serán mejor que esta.
y jamie dornan ❤
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¿sabés que no me mueve un pelo? siento que sería más sexy si hablara con su acento de norirlandés
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Sí, a mi personalmente me parece una verdadera pena que el deseo femenino se ponga en primera plana por una bazofia como esta. Digamos, según lo que entiendo (no lei el libro ni vi la peli, realmente dudo mucho que lo vaya a hacer), si este sería el primer paso adelante a través del cual se refleja mínimamente el deseo femenino; esto es, a través de una pobre gila sin personalidad que pretende un hombre que le banque todo con el único costo de garcharsela un poquiiiiiiiito perversamente, no hay ninguna reafirmación de ese deseo o manifestación del mismo, sino, para mi, una reafirmación del patriarcado más tarado y nefasto. Digo, en todo caso, lo único que provoca es que el deseo femenino sea fácilmente subestimable. Como que no veo ningún paso adelante, a pesar de la pajota de la mina esa en el cine y demás pavadas…
No se, para mi eh? =D. Beso, Tefa!
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Hola Martín 🙂 sí, entiendo completamente tu punto, pero lo que me pasa al intentar analizar fenómenos de cultura popular de este estilo (porque estamos de acuerdo que no es escritura elevada ni nada que se le parezca) es el deseo de tratar de ver qué fibra toca. Me parece que si no siempre terminamos tratando a las minas de «tontas culturales» y no vemos de que manera lo que es presentado por las grandes industrias culturas es retomado, resistido o transformado por los públicos. Por eso puse al compartirlo que quizá pecaba de feminismo negro, un concepto análogo a populismo negro, creer que el pueblo, o las mujeres que leen el libro o ven la película en este caso, siempre tienen razón.
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Ojalá sirva para movilizar la neurona para pensar en lo que realmente queremos y deseamos las mujeres en el sexo y despegarnos de preconceptos y perjuicios….
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Y habar sobre el consentimiento – cosa de lo que no se habla generalmente – de las fantasías y etc. Aguante Almudena Grandes ❤
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Claro, entiendo perfectamente a lo que vas.
Me gustó este luagr, seguiré viniendo por aquí.
Salut! =D
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Ey, qué bueno 🙂 gracias!
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Banco mucho reparar en otros aspectos de la relación Ana – Grey que son muchos más estereotipados y criticables (como que ella es medio boluda sin personalidad, y él, un controlador stalker) que el aspecto sado que ni siquiera es tal (algo parecido a lo que pasa en Crepúsculo pero sin latigazos clitorianos).
Me gusta mucho lo que escribís!
saludos!
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¡Gracias!
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