¿A quién se le ocurrió esta feliz idea?
El templo Sabarimala del sur de India es un famoso lugar de peregrinaje para todos los hindues dedicado a la devoción de la deidad Ayyappan. La leyenda reza que Ayyappan era célibe y por tanto mujeres menstruantes tenían prohibida la entrada por impuras, pero en la práctica significa que mujeres de 12 a 50 tienen la entrada prohibida. Los hombres pueden ingresar si tienen una dieta vegetariana y no cogen por 40 días.
Mientras tanto, llegó el 2015 y el nuevo mandamás de la junta de Travancore Devaswom (administrador de 1248 templos), Prayar Gopalakrishnan, hizo una promesa: «Llegará el día cuando se invente una máquina para averiguar si es el momento indicado para que una mujer entre al templo. Cuando eso suceda, podremos hablar de que las mujeres entren».

vía Facebook.
Digamos que en India tienen un par de problemas más importantes que fantasías de scanners corporales (Nueva Delhi es tiene el apodo de ‘Capital de la violación’, por ejemplo o el hecho de que la mitad de la población no tiene inodoro) pero el desenfado del mensaje de Gopalakrishnan tuvo rápida respuesta.
Nikita Azad largó una campaña en contra de los tabués menstruales llamado Happy to bleed (Feliz de sangrar) en un evento en Facebook homónimo. «Sí, sangramos, una vez al mes y no sentimos vergüenza en decirlo abiertamente. Nadie puede decidir que hacemos con nuestra sangre, dónde lo llevamos o cómo quisiéramos verlo representado», aseveró en un posteo del evento.

Una voz inesperada también salió a bancar a las menstruantes. Ravi Shankar, creador de la fundación «El arte de vivir«, apuntó a Gopalakrishnan al comentar que también se podría inventar una máquina para detectar si los hombres que ingresan al templo han tenido una vida vegetariana, abstemia y célibe los 41 días anteriores. «Eso ayudará a reducir la muchedumbre en un 90%», señaló. Se ve que a veces sucede y no conviene tanto.