Encendimos el patio interno del Tano Cabrón a fuerza de ranchada, misticismo y palabras potentes. El interior del vestíbulo de la casona hermosa esa estaba dedicada al altar de santa amiga, concepto inventado de a tándem una noche de enero en una ciudad de la provincia de Buenos Aires.
santa amiga, ruega por nosotrxs, que el vino nunca nos revuelva el estómago, que el fasito nunca nos haga malflashar, que nuestro úteros nunca prendan a menos que quieran, amen
Para la mesa sobre comunicar en tiempos extremos, de golpes de Estado y alegrías populares, nos acompañaron Lule Oke, mediactvista en Matria y su co-matriota, la flamante delegada de la comisión interna de la agencia de noticias nacional, Télam, Lucía Ríos, la referenta de género de La Pingüinos, mi amiga socióloga Salomé Grunbatta y la inefable periodista lesbiana y poeta Carolina Balderrama. Militancia en el periodismo, geneología de las luchas y un pedido apasionado por la vuelta de la compañera Florencia Kirchner, entre birras, no se llegó a hacer registro más que esto:
Después vinieron las lecturas de poesía más hermosas, la primera, la poesía santigueña de Determinada y atrevida, Carolina Balderrama:
Lule Oke: ¡por primera vez!
Mar Garrote Cortínez leyó parte de su nouvelle futurista:
Samantha San Romé leyó un poema de un taller que hicimos en Chivilcoy de Estefanía Enzenhofer:
Amigas: somos nuestra balsa de palos y amor
en medio del mar tormentoso de la vida moderna.
Nunca lo olvidemos.
Cada vez que nuestras puertas se abren
una mesa nos convoca
se descorchan botellas
gira ese porro
se manda ese audio a los gritos con sus correspondientes capturas de pantalla,
estamos expandiendo nuestra balsa.
Además de palos (figurados y reales) & amor,
nuestra balsa está unida con cartas cruzadas de mil colores,
conversaciones de MSN,
chats de WhatsApp,
broncas pasajeras,
ofensas sin querer,
complicidades atávicas,
pedidos de perdón que de tan reales
se están convirtiendo en carne que pulsa al ritmo de la amistad.
Candela Romano, la otra parte de la tríada santa amiga, la descosió.